LA VIDA EN EL CAMPO Y EL AROMA DE LAS DIFERENTES COCECHAS
La riqueza de
nuestro suelo
Según la historia
oficial, allá por 1881, cuando se fundo la ciudad, en el distrito no había un
solo metro de tierra cultivada, ni instrumentos para labrar el suelo. Recién en
1884, nuestro distrito tenía sus primeras cosechas. Se cosecho trigo, cebada,
maíz alfalfa y legumbre.
La tierra se presentaba perfectamente para la
agricultura y luego de los primeros ensayos, se cosecharon trescientas fanegas
de trigo en las chacras del distrito. Pero no tardaron en surgir grandes establecimientos rurales,
verdaderas industrias agropecuarias.
Además
de la estancia La otomana, que
impuso unos modelos aun recordados en la región, con los años surgieron
establecimientos rurales que ocupaban grandes superficies y empleaban a cientos
de empleados, con enormes haciendas y edificaciones innovadores para aquellos
años.
A dos leguas y media de estación Energía, se
encontraba la estancia “la 10 de Mayo”, campo de Máximo Arce, que luego perteneció
a Santiago Magni. Tenía una superficie de cuatro mil hectáreas dedicada a la explotación
agrícola ganadera.
Como todo establecimiento rural de prolija
organización, “La 10 de Mayo” contaba con importantes edificaciones y un buen
numero de empleados. Se destacaba en el conjunto la casa principal, un amplio
edificio ubicado en el medio de un hermoso jardín y frondoso monte.
La explotación agropecuaria era realizada por
un personal competente, tanto para el cuidado y selección de las haciendas como
en lo relacionado a la agricultura.
El establecimiento contaba con un importante
stock de haciendas generales, mientras que buena parte de la superficie era
sembrado año tras año y se dedicaba a la producción de toda clase de cereales.
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