GRAN EXTENCIÓN DE PARQUE EN LA ZONA PLAYA, IDEAL PARA CAMINATAS, CABALGATAS Y DIFERENTES DEPORTES. TAMBIEN CON UN CIRCUITO DE VIAS FERREAS PARA TODA LA FAMILIA
Trencito entre los árboles**
Otro de los
emprendimientos destinado al público infantil que aun perdura es el trencito
del parque. Se puso en funcionamiento en Enero
de 1965 y desde entonces, con algunos años de interrupción, sigue vigente
aunque renovada su formación y ampliado el recorrido.
Por resolución
339 del 4 de julio de 1964, el ministerio de asuntos agrarios de la provincia
aprobó el pliegue de bases, condiciones y autorizo el llamado a licitación
publica, tendiente a lograr la concesión para instalar y explotar un tren en
miniatura dentro del parque de la división Vivero y estación forestal Miguel
lillio, que en ese entonces dependía de la dirección forestal de la provincia
de Buenos aires.
En los primeros
días del año siguiente se realizaron los ensayos correspondientes a la puesta
en funcionamiento del tren infantil.
La formación:
La pequeña
formación ferroviaria recorría distintos lugares entre la tupida arboleda y se
constituyo desde ese momento en un gran atractivo para el mundo infantil. En
sus comienzos contaba con una locomotora y cuatro coches con capacidad para
alrededor de 50 niños. También se construyo las correspondientes estaciones,
con su ventanilla para la venta de los boletos en el mismo lugar donde hoy esta
emplazado, a un lado de la avenida pinolandia.
A partir de
entonces los niños necochenses y turistas pudieron disfrutar de un viaje alrededor de un kilómetro de recorrido entre la
arboleda de nuestro parque. Hoy funciona un nuevo trencito den renovada maquina
y nuevos servicios, pero esa es una historia mas conocida y mas reciente.
* Ampliar
Miguel Lillo (1862-1931), naturalista argentino
autodidacta, dedicado principalmente al estudio de la flora y fauna de Tucumán.
Nació en San Miguel de Tucumán. Sin haber cursado
carrera universitaria alguna, se especializó en botánica y conoció a fondo
otras ramas del saber humano; logró ser sabio sin pretenderlo.
Dedicó gran parte de su vida a estudiar la flora y
fauna de Tucumán y, por extensión, del noroeste argentino. Reunió una
biblioteca de más de 13.000 libros, un herbario de más de 200.000 ejemplares
procedentes de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, México, Estados Unidos y
Brasil. Fue docente en la Universidad de Tucumán y en diversos colegios
secundarios, y gran conocedor de las lenguas indígenas.
En 1898 viajó a Europa para conocer museos y
laboratorios, y en los años siguientes reunió una colección de aves del norte
de Argentina, trabajo que en 1909 publicó.
En 1913 fue nombrado miembro de la Comisión Nacional
de la Flora Argentina. En 1914 el Consejo Superior de la Universidad Nacional
de La Plata le otorgó el doctorado honoris causa y en 1928 el Premio Francisco
P. Moreno. Fue miembro de la Sociedad Científica Argentina, de la Academia
Nacional de Ciencias de Córdoba y de la Sociedad Argentina de Ciencias
Naturales.
Durante 45 años fue responsable de los informes
meteorológicos de la provincia. Escribió varias obras sobre flora y fauna
tucumana, en especial sobre aves de esta provincia.
Desde mediados de noviembre de 1930 estuvo afectado
por una hipertrofia de próstata, probablemente debida a un cáncer. El 11 de
diciembre de 1930 legó casi la totalidad de sus bienes (casa-quinta,
colecciones y biblioteca, entre otros) a la Universidad de Tucumán, para que
crearan con sus colecciones una nueva sección. Un prestigioso instituto
científico de la Universidad de Tucumán lleva su nombre.
**Información tomada del diario “ecos diario” del día
21 de septiembre del 2008.
“Cuidemos el parque, no es una
herencia de nuestros padres, sino un préstamo a nuestros hijos”.
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