lunes, 19 de noviembre de 2012

EXTENCIÓN DEL PARQUE MIGUEL LILLO





              Parque miguel Lillo

“Formado para frenar las arenas vivas y los medanos”.

En el año 1945 la Asociación Fomento de Necochea, con la intención de crear un parque público pide al interventor de la provincia de Buenos Aires la expropiación de las tierras pertenecientes a la familia Díaz Velez. El primero de noviembre de 1947 mandan al ingeniero agrónomo Edgar Gatti a la ciudad de Necochea para que realice un estudio de factibilidad y poder crear a su vez un vivero en la casona, perteneciente a la familia antes dicha. El resultado fue aceptado para crear dicho vivero y el primero de marzo de 1948 le ofrecen al ingeniero Gatti el cargo como Jefe. Entonces se radica en Necochea para comenzar los trabajos de planificación y organización, compra de maquinarias, herramientas, muebles y útiles, etc. Las primeras semillas de Acacias y Pinos fueron enviadas desde el vivero de Miramar y se hicieron los primeros almácigos con cajones de madera. En 1949 se realizan los primeros trabajos de fijación de dunas sembrando especies forrajeras tapadas con paja de lino. El vivero producía 300000 plantas al año, 80 % de pinos y el resto Acacias y Eucaliptos. 
Llegaron a trabajar 70 personas y funcionó desde el año 1949 hasta aproximadamente 1972 con esa producción.
El Parque Miguel Lillo fue la inspiración de un idealista y acaudalado caballero: Don Carlos Díaz Vélez, propietario de toda esta basta extensión, fue fundado en marzo de 1948, abarcando casi en la actualidad casi 600 hectáreas con un total de aproximadamente 4.500.000 ejemplares de especies arbóreas. El después de largas cavilaciones, decidió convertir esas, en apariencias inhóspitas arenas, en una plantación sin pensar que con el correr de los años la obra así proyectada se transformaría en el monumental lugar turístico, que es hoy, poblado de ejemplares y habitado por las mas hermosas variedades de pájaros, visitado y admirado por millares de personas.
Esta incomparable empresa que nuestros días parece obra de la varita de algún mago o salida de la lámpara de Aladino, surgió casi el mismo año en que se edificó  el Necochea Hotel, allá por 1909. El comienzo fue sumamente penoso para los que trabajaron en ella, ya que en el lugar no predominaban otra cosa que los médanos, que como niños juguetones, algunas veces, o caprichosos otras, mudaban de sitio, modificando de uno a otro día, o en pocas horas según la velocidad del viento, la fisonomía del solitario lugar.
Su nombre, Miguel Lillo*, esta relacionado a un botánico tucumano quien lucho por el mantenimientote los espacios verdes Con más de cien especies de árboles, es una de las tantas bellezas que la naturaleza, ofrece en nuestra ciudad para disfrutar, para vivir, para tomar las vacaciones en serio.
-hay otras obras de importancia dentro de nuestro parque, que fueron construidos hace muchos años atrás, que nos resultan familiares y tienen su propia historia.

El anfiteatro  Pedro Arozarena y la fuente que se halla ubicado en cercanías de anterior. El proyecto se determino que fuera a cielo abierto, similar al teatro griego del parque, de Córdoba, con capacidad para 1500l personas sentadas en graderías y un escenario que permitiría el movimiento de 40 artistas en escena
 La obra formaría un todo armónico con el entorno, y funcionalmente ubicados dispondría de camarines, vestuarios, depósitos, baños públicos y alojamiento para los artistas.
 Mencionaba el informe preparado las características del terreno y la facilidad para dotarlo de servicios públicos, porque estaban a poca distancia.
 Las gestiones fueron muchas, y el inicio de la obra se fue demorado. A comienzo de septiembre del año 1963 se informo que la dirección nacional de turismo dispuso la inversión de distintas sumas en cumplimiento de un plan promocional y se le acordó a la municipalidad local 2,5 millones de pesos como contribución para la creación del anfiteatro infantil en el parque.
 A ritmo acelerado se trabajo en febrero de 1965, la obra, a cargo de la empresa TOMAGRA  y SASTRE, contaba con un presupuesto de $3.464.000. Para encarar ese monto la dirección nacional de turismo aporto 2,5 millones; una parte de $836.000.destino a la municipalidad el ministerio de obras publicas. El resto hasta completar, fue aprobado por el consejo deliberante.
 El gobierno bonaerense y el ministerio de asunto sagrarios autorizaron el emplazamiento en los terrenos de propiedad provincial y el proyecto original de la asociación de amigos del parque miguel Lillo, tuvo varias modificaciones.
 A la par que se erigía nuestro anfiteatro, se hallaba en plena ejecución la fuente luminosa. Ya se había realizado algunas obras complementarias.  Y se destacaba que la fuente seria el circuito cerrado, siempre trabaja con el mismo volumen de agua. Contaría con 37 grifos laterales en forma de cuchara, que arrojarían agua en forma de pantalla. En el centro había cuarto grifos más y un grifo cilíndrico.
Con este diseño se lograría un atrayente juego de aguas y en el centro caería en forma de hongo.
  La iluminación preveía 15 reflectores y otros 5 en el piso de la fuente. La obra alcanzaba un monto aproximado a los $450.000,  los fondos provinieron de los vecinos que dieron su apoyo con kermeses organizadas por la Asociación Amigos del parque y de la junta vecinal playas de Necochea, que contribuyo con $25.000.
 La Asociación de amigos del parque dono la pobra, lo que fue aceptado pro el decreto 104 del 19 de enero de 1965.
 Con actos de cierre de la inauguración de la temporada 1965/66, el 12 de diciembre durante la inauguración del anfiteatro actuó la banda municipal de Mar del plata; seguidamente se procedió a al apertura de los grifos y encendido de las luces de la fuente y el destello luminoso de las aguas puso el broche de oro a la jornada.
 El 23 de noviembre de 1971 llegan a Necochea 115 cerezos y 25 durazneros que el intendente de la ciudad de Kanazawa (Japón) envió a la Municipalidad de Necochea, para ser plantados en el Parque Miguel Lillo.
Este fue el comienzo de un intercambio, cuyo propulsor fue el doctor Hideo Anada, ya que se mandaron semillas de ceibo (Flor Nacional de la Argentina) a la localidad de Kanasawa. Se pensó que debiera haber alguna construcción en la ubicación de estas plantaciones de cerezo y en consecuencia de formó un arco de entrada llamado "Torii".
Mediante las formas de esta realización se expresa al pueblo de Necochea, algunas de las tradiciones japonesas y con el color, por el hecho histórico de haber plantado los cerezos, se obtiene sentido cuando se observan a los mismos en primavera
A 25 años de estos hechos, la colectividad japonesa de Necochea solicita a la Sub Secretaría de Cultura, Educación y Deportes, que fuera erigida alguna construcción que recordara la visita del Dr. Anada y la ubicación de las plantaciones de cerezo.
En consecuencia, se resuelve desarrollar un proyecto, a través de la Dirección de Equipamiento Urbano y Vivienda para emplazar el acceso al "Patio de los Cerezos" y el "Tori" (arco de entrada).
Mediante las formas de esta realización se expresa al pueblo de Necochea, algunas de las tradiciones japonesas y con el color, por el hecho histórico de haber plantado los cerezos, se obtiene sentido cuando se observan los mismos en primavera.

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